martes, 4 de septiembre de 2007

Respuesta de Francisco Espinosa Cedillo a Carlos Martínez

México, D.F., a 3 de septiembre de 2007.

C. CARLOS MARTÍNEZ DE LA TORRE
SECRETARIO DE RELACIONES Y ALIANZAS
DEL COMITÉ EJECUTIVO FEDERADO
ALTERNATIVA SOCIALDEMÓCRATA Y CAMPESINA
PARTIDO POLÍTICO NACIONAL
P R E S E N T E

De manera excepcional, en ejercicio de mi derecho de réplica y sólo por alusiones personales, te comento lo siguiente:

Desconozco las causas específicas que originaron la necesidad de crear una comisión ad hoc para tratar de alcanzar un “acuerdo de civilidad” dentro del Partido. Pero no debiéramos darle rienda suelta al optimismo y esperar la concreción de ese acuerdo, si nos atenemos al contenido y estilo que usas en el correo que enviaste a todo mundo, plagado de descalificaciones, fórmulas retóricas y prejuicios. Menos si partimos de la “profesión de fe” que presenciaron quienes acudieron a la pasada sesión del Comité Ejecutivo Federado, respecto del “carácter faccional” de las que denominas “comisiones ex autónomas”. En fin, un pequeño altar al maniqueísmo, en un mundo donde algunos son impolutos y castos, seguramente tú entre ellos, y los demás, políticos tradicionales y deshonestos que sólo defienden sus intereses personales o de grupo. Hoy casi nadie creería que hace muy poco tiempo, esos mismos, todos, sin excepción, hablábamos de la construcción de un proyecto común, en el que decíamos estar comprometidos.

Reitero la invitación que te hice personalmente y de manera pública en una reunión del CEF que se realizó hace más de dos meses en un hotel del sur de la ciudad, para que especificaras a que te refieres cuando dices que “la justicia partidaria está absolutamente corrompida” y sobre todo para que aportes elementos objetivos que sustenten tus afirmaciones, que curiosamente haces siempre en forma pública pero cuando no estoy presente en las sesiones del Comité. Te recuerdo que quien afirma está obligado a probar.

Hasta ahora tu respuesta han sido suposiciones y vaguedades. El abuso del verbo “creer” cuando te refieres a las Comisiones es indicativo de lo que intento expresar.

Te repito que estuve completamente al margen de la designación que hizo el Consejo Político Federado, apenas el 29 de abril pasado, de los otros dos integrantes de la Comisión, electos por las dos terceras partes de los presentes en esa Sesión, en la que tu participaste. Ignoro si los hoy comisionados fueron propuestos por razones de cuota, de amistad con algunos integrantes del CEF o de pertenencia a algún grupo. Recuerdo que en alguno de los casos tuvo que hacerse una segunda votación porque en la primera no se alcanzó la mayoría calificada y, al parecer, ya existía un acuerdo sobre la forma en que se integrarían las Comisiones.

Respeto desde luego tu derecho a creer lo que estimes conveniente, acerca de mi persona o del funcionamiento de la Comisión que me honro en presidir, pero me parece absolutamente excesivo que aproveches tu condición de secretario del CEF para descalificar o denostar públicamente a quien te parezca, por el simple hecho de que “tú crees”. Y luego la victimización, por si las dudas.
No pueden entenderse de otro modo expresiones como “… puedo pensar que se quiere ganar tiempo para que los titulares de las comisiones ex autónomas de ética y de rendición de cuentas puedan seguir con su hostigamiento sectario a quienes no piensan como Luciano y su presidente”; o que “… a Luciano Pascoe, a Pérez Haro y a Villarreal que están en la comisión representando a Diaz Cuervo, a Begné y a Piñeiro, ni Francisco Espinoza ni Carlos Sanchez Armas les van a amenazar con sancionarlos. Y estoy seguro que sí van a pervertir la justicia partidaria usándola contra
nosotr@s. “

En esta ocasión no te pido pruebas, no quiero distraerte de tu delicada responsabilidad de buscar fórmulas de arreglo entre posiciones que tú mismo colocas en planos irreconciliables y te esmeras en polarizar: te solicito simplemente, de la manera más atenta, señales un solo caso en que algún integrante de la Comisión Autónoma de Ética y Garantías, o el suscrito en particular, haya actuado de manera oficiosa; realizado un acto de hostigamiento en contra de cualquier integrante del Partido, o que haya amenazado sancionar a alguna persona. No sé siquiera a quien te refieres cuando dices “
nosotr@s”.

Desconozco también a cual de las personas sancionadas por la CAEG o sujetas a procedimiento disciplinario incluyes en ese pronombre personal.

Te solicito también, nos informes, a quienes tengan la paciencia y el ánimo de leer este tipo de documentos, según tu parecer, en que momento dejó de ser autónoma la Comisión de Ética y Garantías. Si ese cambio ocurrió cuando el Consejo Político Federado removió a Mario García Sordo y designó al suscrito como Presidente; cuando la Comisión expulsó a Ignacio Irys, Antonio Rodríguez Trejo y renunció Lucio Guzmán Jiménez, o cuando se nombró a sus dos nuevos integrantes.

O quizá te refieres a la ingerencia indebida de algunos funcionarios del Partido en los procedimientos a cargo de la Comisión, para tratar de inducir el sentido de sus resoluciones, orientar o condicionar la aplicación de las mismas, que denuncié en el informe que presenté al Consejo Político Federado, el pasado 22 de julio, como la ilegal determinación de su Mesa Directiva de permitir el acceso a las Sesiones del Consejo y otorgarle derecho de voz y voto al Sr. Tomás Arnulfo González Corro, en abierta contravención a la normatividad expedida por el propio Consejo, a pesar de que en estricto acatamiento de la sentencia pronunciada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el expediente SUP-JDC-494/2007, se suspendió a González Corro en su carácter de Consejero Político y que esa determinación había sido notificada oportunamente a la Mesa Directiva. En otra sentencia relacionada con el mismo Consejero se menciona, entre otros aspectos, que la Comisión Autónoma de Ética y Garantías ofreció la prueba pericial caligráfica, grafoscópica y grafométrica y que demostró el uso de documentos falsos durante la secuela judicial.

Sobre ese mismo asunto, en la sesión del Consejo Político Federado de 21 y 22 de julio, González Corro fue el primero que manifestó su oposición a la alianza que suscribió el partido en el Estado de Veracruz, quién lo diría, “por razones de principios”. Quizá eso explique la determinación de la Mesa Directiva del Consejo, apoyada por integrantes del CEF, de permitirle el acceso a la Sesión y otorgarle derecho de voz y voto. Según versiones confiables, algunos consejeros lo recibieron casi como héroe.

Parafraseándote, no creo, me niego a creer, que estuvieras entre ellos. Ni que sea ese el motivo real para caracterizar a las Comisiones como “ex autónomas”.

Para ello, tendría que suponer, en ese estilo sibilino que tanto te complace, que entre algunos funcionarios del Partido, que merecían toda mi consideración y respeto, no existe, siquiera, un asomo de buena fe y de congruencia entre lo que se dice y lo que se hace.



A t e n t a m e n t e


Francisco Espinosa Cedillo

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